Gastroenteritis en el niño
Es muy frecuente en los niños menores de 3 años y lo importante es controlar la hidratación.
Es muy frecuente en los niños menores de 3 años y lo importante es controlar la hidratación.
La gastroenteritis es la inflamación del conjunto del tracto digestivo, causada por virus, una bacteria o parásitos. La gastroenteritis viral es una de las enfermedades más comunes luego de las infecciones respiratorias altas. La gran mayoría de los niños de menos de 3 años contraen la enfermedad por lo menos 2 veces den el año y con mayor frecuencia cuando asisten a guarderías o jardines de infantes.
Comienza de manera brusca e incluye los siguientes síntomas: Dolor abdominal (cólicos abdominales), náuseas, vómitos, diarrea acuosa, pérdida del apetito, debilidad y fiebre. Desaparece espontáneamente en unos pocos días, pero en los niños pequeños puede prolongarse hasta por 2 semanas.
Tratamiento
El tratamiento del niño consta fundamentalmente de:
- Hidratar muy bien al niño: Ofrecerle frecuentemente todo tipo de líquidos que le gusten para mantenerlo hidratado, reponer los líquidos que pierde con la diarrea y/o los vómitos y prevenir la deshidratación. Para evitar que vomite lo que bebe, es mejor adminístrale los líquidos en pequeñas cantidades y el los casos más severos será necesaria la administración a algún suero rehidratante para reponer los electrolitos y sales minerales
- No mediar al niño: Salvo prescripción médica, la gastroenteritis no se tarta con medicación. Solamente antitérmicos en caso de que tenga fiebre. Los antibióticos son prescripción médica, pueden estirar la enfermedad y la medicación para los vómitos sólo alivia los síntomas pero no cura la gastroenteritis
- La alimentación del niño: En caso de los lactantes, no es necesario suspender la lactancia durante la gastroenteritis. En los de los niños de más de 6 meses que ya comen sólidos, la única modificación que debe hacerse a la dieta, es la de no incluir azúcar en ninguna preparación si es que se usa. En los niños más grandes, deben evitarse los azúcares, dulces y alimentos grasos. Si bien lo ideal es no suspender la alimentación al niño, aunque en principio parezca que acelera los síntomas (diarrea y vómitos), no se debe forzar al niño a comer si éste se niega a hacerlo
¿Cuándo consultar al pediatra?
El sentido común es una buena guía. Se debe valorar el estado general del niño: Si está contento, si juega como habitualmente, si orina normal, si llora con lágrimas, entonces esto indica que no hay deshidratación.
En los lactantes son muy vulnerables y cuando el cuadro es de muchos vómitos y diarrea, reponer los líquidos es más complicado y puede ser necesaria la consulta para que la rehidratación sea supervisada y en caso de requerirlo se coloque rehidratación intravenosa.