Guía para aliviar las alergias del bebé

Dado que no existe una cura real para las alergias, lo único que se puede hacer es aliviar sus síntomas.

Alergias - Prevención
Foto cortesía de spakattacks - Flickr.com

Hay bebés que son potencialmente alérgicos a determinados alergenos (ácaros del polvo, polen, alimentos, insectos, etc.) a causa de una predisposición genética particular.

Si bien no es posible curar las alergias del bebé, si se pueden aliviar los síntomas de éstas, actuando directamente sobre los potenciales agentes alergenos. La forma más efectiva de hacerlo, es minimizar o erradicar definitivamente el contacto con los alergenos.

Algunas sugerencias para aliviar los síntomas de las alergias del bebé

  • Tener al tanto a todas las personas que cuidan al niño o pasan algún tiempo con él (abuelos, familiares, niñeras, educadores, etc.) acerca de las alergias del niño y lo que deben hacer para minimizar los síntomas de la misma.
  • En los casos de las alergias en la piel del bebé, se debe evitar que estén en contacto directo con el agua muy caliente al bañarlo, con ropa de lana, utilizar preferentemente ropa de algodón y lavarla con jabón neutro, entre otras medidas de precaución.
  • En los casos en que es imposible evitar el contacto con los alergenos que producen la alergia del niño, es muy factible que el médico indique antihistamínicos, corticoides o inmunoterapia (vacunas antialérgicas) para que el niño deje de ser sensible a ese alergeno. Pero esto es sólo utilizado en los casos de alergias al polvo, polen, moho, animales e insectos (en alergias a insectos, es recomendable tener siempre cerca los medicamentos indicados para evitar un probable shock anafiláctico), no así para las alergias alimentarias en las que la solución es evitar el alimento que produce la alergia (en estos casos es fundamental antes de consumir cualquier producto comprado, leer atentamente la etiqueta para saber cuáles son los ingredientes).
  • Evitar que los animales domésticos (perros, gatos, etc.) entren en los lugares de la casa donde está habitualmente el niño, como por ejemplo su dormitorio, y bañarlos con frecuencia.
  • Erradicar del dormitorio del niño las alfombras, moquetes, cortinas muy pesadas, almohadones, peluches y todo aquello que acumule polvo con facilidad, ya que si él es alérgico a los ácaros del polvo las reacciones alérgicas al entrar en contacto con éste, estarán a la orden del día. También se aconseja limpiar la casa con trapos húmedos para evitar levantar polvo y cambiar las sábanas de la cama del niño una vez a la semana.
  • Utilizar fundas especiales para las almohadas y colchones del niño si es alérgico a los ácaros del polvo.
  • Limpiar la casa habitualmente y ventilarla, evitando hacerlo si el niño es alérgico al polen, en las épocas del año o momentos del día en que el polen es más abundante como, por ejemplo, los días secos y muy calurosos, así como viajar en el automóvil con las ventanas cerradas en estas mismas ocasiones.
  • Si es alérgico al polen tener la precaución de cambiarlo de ropa cuando llega de la calle, para retirar cualquier vestigio del mismo.
  • En los casos de niños alérgicos al moho, es muy importante evitar el contacto con sitios húmedos (como bodegas, depósitos, por ejemplo) y tener siempre secos el baño y otros sitios donde se suele a acumular moho.