Enfermedades del ojo en el bebé
Entre las principales afecciones oculares en la infancia hay que destacar: Leucoria, retinopatía del prematuro, conjuntivitis del recién nacido, ceguera, facomatosis y estrabismo.
Entre las principales afecciones oculares en la infancia hay que destacar: Leucoria, retinopatía del prematuro, conjuntivitis del recién nacido, ceguera, facomatosis y estrabismo.
Existen muchas enfermedades oculares del bebé. Algunas provocan problemas en la vista del niño sin embargo, hay otras que no se relacionan con una pérdida de visión.
Algunas de las enfermedades oculares más frecuentes en pediatría:
- Leucoria
- Retinopatía del prematuro
También denominada pupila blanca. La leucoria no es una enfermedad como tal, sino un signo de gran importancia que será debido a muchas enfermedades como retinoblastoma, cataratas congénitas, retinopatía del prematuro, astrocitomas y displasias retinianos, enfermedad de Coats, persistencia hiperplásica de vítreo primario anterior o posterior y toxocariasis.
Es una enfermedad que se caracteriza por la proliferación vascular retiniana cuya causa no es totalmente conocida, aunque se sabe que se debe a múltiples factores. Suele relacionarse con la oxigenoterapia que reciben estos bebés, ya que esta produce vasoconstricción, isquemia y neovascularización.
Normalmente es bilateral. Se da en prematuros de menos de 36 semanas y peso menor de 2Kg. Podemos diferenciar 5 estadios:
- Línea delgada tortuosa de color blanco-gris entre el polo posterior vascular y la retina periférica que no presenta vascularización
- Aparición de una cresta que representa cortacircuitos arteriovenosos
- Cresta con proliferación fibrovascular extrarretiniana
- Desprendimiento de retina parcial
- Desprendimiento total de retina
El tratamiento se basa en la fotocoagulación a partir del tercer estadio y cirugía en los estadios 4 y 5.
Pérdida de paralelismo de los ojos, o sea, en el bebé con estrabismo, vemos una desviación de uno de los ojos respecto a los otros. Afecta a un 4% de los niños. Es muy importante valorar la agudeza visual y la refracción y saber qué ojo es el dominante.
La conjuntivitis en bebés recién nacidos, se manifiesta con la aparición de sustancia purulenta, mucopurulenta o mucoide en uno o los dos ojos en el primer mes de vida, con edema palpebral, enrojecimiento difuso de la conjuntiva y quemosis. Suele producirse por Neisseria gonorrheae, Chlamydia trachomatis y otras bacterias Gram+, Gram- y virus herpes simple.
Para el tratamiento es necesario hacer un cultivo con antibiograma. Se suele utilizar eritromicina en pomada de forma profiláxica en todo recién nacido. Si la infección es por Chlamydia, se deberá tratar también los padres del bebé.
Puede ser de cada una de las partes que componen el ojo o de todo él: Anoftalmía, microftalmía y macroftalmía, microcornea, megalocórnea (diámetro horizontal de la córnea mayor de 13mm), opacidades congénitas por infección intrauterina o traumatismos durante el parto, microesferofaquia, lentícono, cataratas, colobomas (falta tejido del iris), así como aniridia (falta bilateral de iris), glaucoma o hipoplasia foveal…
Síndromes congénitos con malformaciones tumorales, especialmente en el sistema nervioso central y la retina. Pueden crecer y hacerse malignos.
Cuando un niño no sigue los objetos con la mirada o nada de su alrededor le llama la atención, debemos sospechar de un problema ocular o neurológico grave.
Si las pupilas son reactivas pero no hay nistagmus, debemos pensar en enfermedades neurológicas, acromatopsia o altísimo error de refracción.
Si hay nistagmus pero las pupilas son reactivas, pensaremos en albinismo o nistagmo con deficiencia visual grave.
Sin embargo, si lo que vemos es un nistagmo de búsqueda sin reacción pupilar, nos orientaremos hacia un trastorno grave del nervio óptico, ceguera nocturna o enfermedad ocular grave (cataratas, retinopatía del prematuro).