Errores comunes que cometen los padres
Muchas veces los padres cometen algunos errores por ignorancia, o por ser primerizos, que pueden perjudicar a los niños.
Muchas veces los padres cometen algunos errores por ignorancia, o por ser primerizos, que pueden perjudicar a los niños.
Ser padre implica además de amar, cuidar y proteger a los hijos, educarlos para que sean seres libres, buenas personas, autónomos, responsables, capaces de actuar correctamente aún cuando sus padres no estén presentes. Pero todo ello implica esfuerzo, paciencia, perseverancia, ser consecuente y tener claros los objetivos.
Si bien cada familia es un mundo y cada niño una individualidad particular y sin igual, hay algunos errores propios del proceso de educación y socialización que suelen ser comunes a la gran mayoría de los padres. Entre ellos:
- No ser claros con los límites
- Ser demasiado sobreprotectores
- Explicar demasiado el porqué no
- Apurarse demasiado a sacar la cuna del bebé
- Apresurar el control de esfínteres
- Hacer de la sexualidad un tabú
- Tratar de frenar una rabieta por temor al ridículo
- Dejar que pasen muchas horas frente a la TV
Este es uno de los errores más comunes entre los padres, poner límites claros y hacer que ellos se respeten. Muchas veces los padres creen que poniendo límites a sus hijos están coartando sus libertades, están siendo autoritarios o malos padres y muy lejos de eso están. Poner límites a nuestros hijos es la mayor demostración de amor que existe, es dar muestra de que nos importan, de que los amamos y nos preocupamos por ellos. Es mucho más fácil para un padre dejar que sus hijos hagan lo que deseen que ponerse firmes y poner límites. Los niños necesitan un marco en donde moverse, rutinas, saber que esperar de sus padres ante ciertas acciones, ya que ello les brinda seguridad que es algo fundamental para ellos. Es básico que padre y madre se pongan de acuerdo en las pautas claras de educación de sus hijos, sean consecuentes y no se desautoricen entre uno y otro a la hora de poner límites, de establecer las pautas dentro de las que serán educados nuestros hijos.
Muchos padres incurren en el error en pos de ayudar a sus hijos de ir corriendo ante la primera demanda de ayuda cuando no pueden prenderse un botón, tienen problemas con algún amiguito por algún juguete, etc. Es importante recordar que los padres no van a estar siempre allí para solucionar los problemas de los niños, y que la idea es criarlos y educarlos para que sean seres autónomos. Por supuesto que hay casos extremos en los que sin dudarlo deberemos socorrerlos, ni que hablar de si su integridad física o mental está en riesgo, pero en los casos en que ellos pueden solucionar más tarde o más temprano sus problemas, es bueno dejar que lo hagan solos y que aprendan a hacerlo así.
El diálogo con los hijos es muy importante y ellos tienen derecho a que se les expliquen las cosas, pero cuando se trata de marcar un límite, de corregir un acto equivocado o de decir “No”, las palabras y las explicaciones sobran. Los niños deben aceptar que cuando sus padres dicen “No”, es así y no hay alternativas. Esto sobre todo cuando se trata de niños pequeños que no llegan a entender y a dimensionar totalmente algunas explicaciones que el adulto les pueda dar e intentan mediante los constante ¿por qué?, manipular, persuadir y hacer que sus padres revean su decisión.
Hay muchos padres que se apresuran a quitar la cuna del bebé y pasarlos a una cama de una plaza y esto no promueve buenos hábitos de sueño cuando se hace antes de tiempo. Ya que los niños hasta, aproximadamente, los 2 o 3 años pueden tener problemas para dormirse en una cama tan grande y entonces se bajan y se cruzan a la cama grande con mamá y papá. El momento para deshacerse de la cuna del bebé es cuando éste comienza a dormir incómodo o a treparse por los barrotes de la misma y a bajarse.
Muchas veces los padres se apresuran a sacar los pañales al bebé y aún ellos no están listos para controlar sus esfínteres. Esto puede tener consecuencias psicológicas futuras negativas para el niño, alredor de los 2 años, es cuando el niño está preparado para abandonar los pañales, pero esto además es relativo y varia de un niño a otro.
Muchas veces los padres por desconocimiento, por no saber cono tratar el tema, como abordarlo, hacen un halo de misterio en torno a la sexualidad infantil y esta se transforma en un tabú en la vida de los niños. Esto es un error, ya que la sexualidad está presente desde que el bebé nace hasta que muere y forma parte integral muy importante de su vida. Por ello, si no se sabe cómo tratar el tema con los hijos es importante asesorarse, informarse, leer, etc. para hablar con los hijos al respecto.
Un error muy frecuente que cometen muchos padres es tratar de detener una rabieta o berrinche cuando los niños lo hacen en público. Todos los niños en algún momento tienen alguna rabieta o pataleta, el tema es aprender a manejarlas siempre y no sólo cuando estamos quedando mal parados ante otras personas. Es fundamental recordar que su hijo es más importante que las opiniones o pareceres de terceros ya sean conocidos o desconocidos. Lo mejor en estos casos es separarse con el niño del tumulto e intentar tranquilizarlo sin ira, sin enojarse y sin violencia.
Muchos padres utilizan a la televisión como una especie de niñera y eso es sumamente contraproducente. Los niños menores de dos años no deberían ver televisión, ya que no están aún capacitados para disfrutar de sus contenidos. Y a los mayores de esa edad debería restringírseles el tiempo y la calidad de los programas que ven en TV. Es muy importante que los niños pasen parte de su tiempo realizando otras actividades como leer, jugar, hacer deporte, y no estar horas y horas sentados frente a la televisión, en una actitud absolutamente sedentaria.