Prevenir los berrinches infantiles

El dicho dice que prevenir es mejor que curar y en este caso es muy cierto, es más fácil adelantarse a una rabieta para evitar que se produzca, que cortarla una vez que se hizo efectiva.

Prevenir los berrinches infantiles

Los berrinches o rabietas son habituales en los niños de entre 1 y 4 años de edad, cuando éstos no saben aún manejar sus frustraciones y no han aprendido a comunicarse con eficazmente con los demás.

Pese a que son comunes entre los niños, para los padres resultan incómodos e incluso desesperantes. No tanto cuando se presentan eventualmente, sino más bien cuando se vuelven frecuentes, regulares, cada vez más fuertes y se desarrollan muchas veces en lugares públicos, en los que al difícil momento debe agregarse además la mirada crítica de un montón de gente que piensa: “Qué niño mal educado”.

Disparadores de las rabietas

Hay niños que son más proclives que otros a hacer berrinches, especialmente aquellos que son muy inquietos, hiperactivos, malhumorados, o que les cuesta adaptarse a nuevas cosas y entornos. En general en la gran mayoría de los casos, los berrinches son una herramienta de los niños para salir de la frustración y poner los límites a prueba.

Las cosas más simples e inimaginables pueden ser desencadenantes de una rabieta:

  • Llamar al niños a bañarse cuando está mirando su programa de TV favorito
  • Pedir que comparta un juguete con un amiguito
  • Tener que abandonar algún juego o actividad que le resulta divertida para ir a comer, a dormir
  • No dejarlos tocar algunos objetos de la casa que pueden resultar peligrosos o que son muy delicados y pueden romperlos
  • En definitiva no dejarlos hacer lo que desean en el momento que lo desean, ponerles límites y querer que los cumplan puede desatar rabietas. Si a ello se suman factores como pueden ser el cansancio, el sueño o el hambre, el terreno se vuelve más fértil aún para los berrinches

Cómo prevenirlos

Es mucho más fácil para los padres adelantarse al berrinche y prevenirlo que manejarlo una vez que se ha desatado. Para ello, es necesario identificar cuales son las posibles causas que los desencadenan y anticiparse a ellas, ya que en la medida en que las rabietas se vuelven más frecuentes, los padres identifican con mayor claridad las situaciones y los momentos en que es posible que se produzcan.

Algunas estrategias para adelantarse a los berrinches y prevenirlos:

  • Mantener una rutina en la vida cotidiana es una buena manera de prevenir las rabietas, ya que los niños se acostumbran a ella y saben qué esperar
  • Antes de llamar al niño para realizar alguna cosa que implique dejar de hacer algo que le gusta, advertírselo algún tiempo antes, aproximadamente unos 5 minutos antes
  • Antes de salir a algún lado, asegurarse de que el niño ha comido y descansado bien, de modo que estos factores no potencien alguna otra causa que pueda desencadenar una rabieta
  • Si ir de compras con el niño, por ejemplo, al supermercado, resulta insoportable puesto que siempre termina en un berrinche y una lucha, optar por no ir con él, dejarlo con alguien más o hacerlo cuando está en la escuela. Si ninguna de estas opciones son posibles, ir con una lista detallada de lo que se necesita y comprar eso concretamente no quedarse mirando las ofertas, etc., porque se aburrirá y será más probable que haga una rabieta
  • Cuando el motivo que genera la rabieta es, por ejemplo, la frustración que le produce no lograr determinado juego, como ser colocar algún objeto de encastre, un puzzle o similar, primero asegurarse de que es acorde a su edad, si no es así sacarlo de circulación, pero sí lo es, sentarse a su lado y ayudarlo explicándole como hacerlo es una buena estrategia
  • Si no quiere que el niño coma caramelos, chocolates, golosinas, en cualquier momento, manténgalos fuera de su alcance y de su vista, cosa de que no se vea tentado y eso genere un berrinche
  • No ser tan