Síndrome de Burnout en mamás

Intentar controlarlo todo, ser la madre y ama de casa perfecta, puede producir cansancio emocional y despersonalización. Estos síntomas son característicos del síndrome de burnout. Y el organismo los manifiesta cuando hay una exposición prolongada a situaciones de gran presión y estrés.

Síndrome de Burnout en mamás

El Síndrome de Burnout se describe como una serie de síntomas que experimenta el organismo en respuesta a un período extendido de estrés emocional. El mismo es característico en profesionales que se ven enfrentados cotidianamente a situaciones extremas de gran responsabilidad y exigencia dentro de los que se encuentran personal de salud, bomberos, policías, entre otros.

De acuerdo con el estudio elaborado por Anabella Martínez Pérez titulado El Síndrome de Burnout. Evolución conceptual y estado actual de la cuestión, publicado en Vivat Academia Nº 112 en septiembre de 2010, se indica lo siguiente:

Actualmente se aplica el Síndrome de Burnout a diversos grupos de profesionales que incluyen desde directivos hasta amas de casa…

…en su esfuerzo por adaptarse y responder eficazmente a las demandas y presiones laborales, pueden llegar a esforzarse en exceso y de manera prolongada en el tiempo…

…las consecuencias (…) son: Cansancio emocional, despersonalización y baja realización personal.

Causas y factores de riesgo

Las madres con la llegada del bebé al hogar, también se ven exigidas a hacer frente a una situación de mucha presión constante: Falta de sueño, demanda permanente del bebé, malestar propio del postparto, etc. Todos estos factores influyen y se suman a las exigencias propias de la mujer de querer ser una súper mamá. También están las del entorno social que hacen lo suyo, recargando la mayor parte de la responsabilidad en ella: Si el bebé llora es porque tiene hambre y la mamá lo debe alimentar, aunque ella aún no haya podido alimentarse.

La maternidad es un trabajo de tiempo completo, sin descanso, días libres, ni vacaciones. Además, hay que conjugarla, muchas veces, con el trabajo fuera de casa, varios hijos y demás obligaciones. Es común que la mujer termine de ordenar y limpiar la casa y a los pocos minutos ya esté nuevamente todo desordenado y sucio. Esto genera madres frustradas, una enorme sensación de impotencia y falta de valoración.

Este tema ha cobrado mayor relevancia en estas últimas décadas donde se exige cada vez más a las mujeres que sean perfectas: Madres perfectas, esposas perfectas, amas de casas perfectas, trabajadoras perfectas, hijas perfectas, amigas perfectas, que estén estéticamente perfectas. En síntesis, que sean algo que no existe y lo que se logra con tantas exigencias son madres agotadas.

También existe una tendencia de crianza que apela a sobreproteger y solucionar a tal punto los problemas de los hijos, en un afán extralimitado por evitar que sufran, que lleva a las madres a desarrollar trastornos emocionales como depresión materna o Síndrome de Burnout, por ejemplo.

El síndrome se desarrolla como consecuencia de la sensación de falta de control sobre la situación Esa sensación de agobio, frustración, de que todo se va de las manos y sobrepasa, es extremadamente desgastante y va haciendo estragos a nivel emocional.

La psicóloga especialista en asesoría parental Inés Tondreau señala:

Es una condición en la cual las exigencias del entorno superan la capacidad de adaptación o respuesta de un individuo.

Se parece mucho a la depresión, pero está relacionado con el rol como trabajadora en el hogar.

Causas que pueden desencadenar el Síndrome de Burnout

  • Nunca hay tarea cumplida
    El trabajo de madre y ama de casa implica hacer y rehacer una y mil veces las mismas cosas sin que nadie lo valore. Esto produce frustración, nunca se llega a sentir la sensación de tarea cumplida, porque siempre hay que volver a empezar.
  • Falta de control
    La maternidad implica que la madre desee tener el control sobre todo lo que pueda afectar a su hijo, pero lamentablemente no lo tiene y eso le produce una sensación de falta de dominio de la situación.
  • Nada se puede prever
    Con niños en casa todo es imprevisible, y esto sumado al punto anterior lleva a que la madre nunca, aunque planifique todo detalladamente, pueda tener las cosas bajo control como desearía.
  • No hay recompensa
    Si bien la maternidad tiene miles de gratificaciones y recompensas, no así el trabajo cotidiano de ama de casa. En la cotidianeidad de la crianza de los hijos, no siempre se ve reflejada esa gratificación por el esfuerzo realizado.

Síntomas

  • Cansancio físico y mental, agobio: El bebé llora y no duerme en la noche, por lo cual la madre va acumulando días sin dormir y el cansancio se comienza a hacer sentir luego de varias noches seguidas de desvelo. Su cuerpo además está recuperándose del parto o la cesárea y ello requiere un reposo que la situación no le permite.
  • Inapetencia: La falta de sueño, el cansancio, las demandas del bebé, etc., no le dan tiempo ni paz para alimentarse y ello lleva a que progresivamente pierda el apetito. Esto a su vez tiene consecuencias muy negativas; la mamá necesita el alimento para recuperar energía y fuerzas y así poder producir la leche para amamantar a su bebé.
  • Aislamiento social: La nueva situación de la familia con el bebé en casa hace que la mamá se vaya aislando, alejando de sus relaciones afectivas. Está tan enfocada en su hijo que no puede atender otras cosas. De esta forma va perdiendo la motivación e interés por cosas que antes la atraían y eso genera descontento.
  • Dolores de cabeza, malestares estomacales, malestar general e irritabilidad.
  • Sensación de nerviosismo, falta de concentración y falta de capacidad para pensar claramente.
  • Pérdida de la capacidad de disfrute.
  • Sentimientos de frustración, de no poder cumplir con lo que el entorno y ella misma se exige.

Estos síntomas aplican tanto a una madre en el período del post parto, como a una madre y/o ama de casa agobiada en cualquier etapa de su vida.

La psicóloga Violaine Guéritault, autora del libro El cansancio emocional y físico de las madres (“Fatigue émotionnelle et physique des mères”) da testimonio de lo que ella misma sintió al padecer el Síndrome de Burnout:

Estaba llenando la lavadora mientras oía el ruido de fondo que armaban mis dos hijos al pelearse por enésima vez durante la mañana. De repente, se oyó un tremendo golpe seguido por los aullidos de mi hija. Y me quedé quieta, inmóvil, creo que pensé en algo así como “del suelo no pasa”, o “si grita, es porque aún está viva”. Entonces acabé de llenar la lavadora como una autómata. No sentía nada. Había dejado de pensar como una madre.

Diagnóstico

El diagnóstico del Síndrome de Burnout no es sencillo. Puede confundirse con otras condiciones como por ejemplo la depresión postparto que puede ocurrir también en la primera etapa luego del parto o la depresión propiamente dicha en una mujer con hijos pequeños en cualquier etapa de su vida.

¿Qué dice la ciencia?

El Síndrome de Burnout materno no ha sido aún abordado exhaustivamente desde una perspectiva científica. La mayor parte de la bibliografía que aborda la temática la hace analizando las diferentes profesiones extremas y no así la maternidad, ni el trabajo de ama de casa. No obstante, existe un estudio llamado “Estrés percibido, ira y Burnout en amas de casa mexicanas” realizado por un grupo de investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que busca establecer una relación.