Obsesiones femeninas que los hombres ignoran

Los rollitos, la celulitis, las arrugas, la depilación…

Obsesiones femeninas

Los hombres y las mujeres tienen diferentes modos de pensar, de ver las cosas y ponen atención en cosas distintas. Mientras nosotras estamos pendientes de las arrugas, las puntas florecidas, el frizz del cabello, los kilos de más o la celulitis; ellos posan su mirada en las curvas y los senos.

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Las arrugas y las líneas de expresión

Las mujeres nos obsesionamos con esas arruguitas y líneas de expresión que comienzan a aparecer en el contorno de los ojos y de los labios. Usamos miles de cremas antiarrugas y productos para disimularlas. Sin embargo, ellos ni se enteran de esas arrugas, ya que en general lo que menos miran es la cara de las mujeres.

2

Los rollitos

Las mujeres nos obsesionamos por tener un abdomen plano y sin un rollito. Para ello, hacemos miles de abdominales, usamos cremas, hacemos aeróbicos, etc. Sin embargo, ellos, en general no se estresan por eso y a muchos les gusta que su mujer tenga carne de dónde agarrar.

3

La celulitis

La intimidad con un hombre puede ser un momento difícil cuando una tiene celulitis. Muchas veces la vergüenza a mostrar el cuerpo desnudo frente a otro, lleva a que no se disfrute de ese encuentro plenamente. Y lo cierto es que los hombres raramente reparen en si una mujer tiene o no celulitis, sobre todo en lo oscuro de una habitación y especialmente en un momento de pasión.

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Cabello con frizz o puntas florecidas

Las mujeres nos obsesionamos con el cabello, con que esté lacio, perfecto, sin frizz, ni puntas abiertas. Ellos difícilmente reparen en el peinado, el estado o el color del cabello.

5

La falta de depilación

Puede pasar que te agarre desprevenida un momento de intimidad sin estar depilada totalmente. En este caso que los pelitos molestos no te detengan, ellos ni se dan cuenta en el sexo, de si la mujer está depilada o no.

6

Los olores

Obviamente que una mujer con mal olor y falta de higiene es desagradable para todos, tanto hombres como mujeres. Pero nosotras nos obsesionamos y preocupamos en exceso, especialmente, durante la intimidad, por los olores vaginales. Al momento del sexo oral, por ejemplo, las mujeres suelen ponerse incómodas por el temor que les produce oler mal. Lo cierto es que hay un olor característico, típico de los genitales, que aunque la higiene sea óptima perdura y a los hombres no les molesta, es más a muchos los excita.