Evitar los riesgos del calor en el embarazo

Mareos, deshidratación, hinchazón de piernas…

Calor durante el embarazo

Las embarazadas son más propensas a sufrir las altas temperaturas, a sentir los efectos del calor con mayor intensidad, puesto que las hormonas provocan cambios en la termorregulación, lo cual hace que aumente su temperatura corporal. Sudan más, se deshidratan con facilidad, retienen líquidos, les aparecen várices, entre otras molestias.

Para evitar los riesgos de las elevadas temperaturas en esta etapa, algunas recomendaciones:

  • Cuidados en la alimentación
  • Durante los meses de mayor calor es preferible realizar varias comidas livianas y en porciones pequeñas en lugar de grandes cantidades. También es recomendable evitar los picantes, fritos y comidas pesadas y/o fuertes.

    Ingerir frutas y verduras de estación que aportan fibra, vitaminas y minerales, que favorecen el tránsito intestinal y previenen el estreñimiento que es tan molesto y frecuente en el embarazo. Pero es importante tener la precaución de lavar muy bien las frutas y verduras antes de comerlas.

    Las carnes deben cocinarse muy bien para evitar contaminaciones por parásitos como la toxoplasmosis. Evitar comer pescado crudo para prevenir el anisakis, un parásito que causa enfermedades.

    Consumir lácteos pero solamente los que están pasteurizados.

  • Tomar sol con precaución
  • Durante el embarazo tomar sol no está contraindicado, pero al igual que en situaciones normales, hay que evitar exponerse a las horas no permitidas y siempre con protector solar. Pero cuando se está embarazada, además hay que tener cuidado de evitar las horas de mayor calor, ya que como no se regula bien el calor puede hacerle mal al bebé. También los estrógenos estimulan la producción de melanina, que da pigmentación a la piel y hay mayor vulnerabilidad a las manchas. En caso de que aparezcan manchas color café en el rostro (cloasma) o una raya oscura desde el ombligo al pubis (línea alba) evitar exponer estas zonas directamente al sol.

  • Evitar los movimientos bruscos para no marearse
  • Las mujeres embarazadas son más vulnerables a sufrir bajones de presión arterial (hipotensión), frecuentemente, desde la semana 20 del embarazo como consecuencia de los cambios vasculares. Por ello, suelen marearse, especialmente, al realizar movimientos bruscos, como levantarse de golpe. Para evitar esto, lo recomendable es incorporarse despacio, primero sentarse, esperar unos segundos y recién después ponerse de pie. Para los momentos de mareos, una solución rápida y efectiva es beber algo que contenga cafeína, lo que eleva la presión de inmediato.

  • Cuidarse de la deshidratación
  • En verano el consumo de líquidos debe ser mayor y las embarazadas deben beber mucha agua durante todos el día. Pueden incorporarse jugos de fruta, infusiones, caldos, etc. Las bebidas isotónicas son muy recomendables porque están enriquecidas con minerales.

  • Mantener las piernas en alto
  • La hinchazón de las piernas es una constante en el embarazo, hecho que se agrava en el último trimestre y más aún con el calor. La causa es la lentitud con que la sangre retorna a las extremidades. Para facilitar el retorno venoso y evitar la hinchazón, la solución es elevar las piernas, masajearlas y en el baño aplicar duchas de agua fría sobre las mismas.

  • Mudarse el bikini
  • Durante los meses de calor las infecciones por hongos son más frecuentes y en muchos casos pueden estar causadas por llevar el bikini mojado por mucho rato. En el embarazo la mujer está más propensa a las infecciones y estas pueden causar daño al bebé, para evitarlas, es mejor no estar mucho tiempo con el bikini mojado luego de un baño de mar o piscina.