Entrenamiento para el control de esfínteres
Un proceso que implica paciencia, constancia y dedicación para tener éxito y decirle adiós al pañal
Un proceso que implica paciencia, constancia y dedicación para tener éxito y decirle adiós al pañal
El entrenamiento para el control de esfínteres solía iniciarse en la década del 40 alrededor de los 18 meses del niño, pero con el paso del tiempo esto ha cambiado y este se inicia más tardíamente. Según un estudio realizado en Estados Unidos en 2001 por Timothy Schum, profesor asociado de pediatría en el Colegio Médico de Wisconsin, la edad de control de esfínteres es en los niños los 39 meses y en las niñas los 35.
Si bien esto ha sido considerado por algunos especialistas consecuencia de padres demasiado laxos y por la influencia de las empresas pañaleras, según Andrea McCoy, profesora asociada de pediatría en la Universidad de Temple, puede deberse a que se ha aprendido que presionar a los niños en que esto puede no ser muy constructivo.
Para controlar los esfínteres los niños deben estar preparados físicamente para hacerlo y esto no sucede hasta los 18 meses o 24 meses, aproximadamente, por lo cual aunque asocien al inodoro con ello, no quiere decir que hayan aprendido a usar el baño.
Los niños dan señales de cuando es el momento para comenzar con el entrenamiento de control de esfínteres. Por lo que si se los padres lo observan detenidamente se darán cuenta de cuándo ha llegado el momento.
Algunas señales que indican que el niño está listo para comenzar con el entrenamiento:
- La hora de evacuar es regularmente la misma todos los días
- Es capaz de informar en el momento en que la evacuación se está produciendo
- Es capaz de bajar y subir sus pantalones sin ayuda
- Le interesa saber qué es lo que se hace en el inodoro
- Es capaz de sentarse y pararse solo en la pelela
- Se da cuenta de la diferencia entre cuando está limpio y sucio, seco o mojado y eso lo pone incómodo
- Responde a los aprobaciones de sus padres y desea complacerlos
Si la mayoría de estas señales se han hecho manifiestas en el niño, es el indicio de que está preparado para comenzar con el entrenamiento para el control de esfínteres.
Es importante que este no coincida con un período de cambios en la vida del niño, es decir, comienzo escolar, mudanza, etc., ya que de por sí el control de esfínteres es un cambio significativo que requiere de toda su energía y atención, por lo que si a ello se le suman otras modificaciones será mucho.
Cuando se comienza con el entrenamiento y no se tiene éxito, se recomienda dejar pasar un tiempo y volver a intentarlo nuevamente.
Algunas recomendaciones para manejar el entrenamiento del control de esfínteres:
- Empezar cuando se está seguro de que el niño está listo para hacerlo, teniendo en cuanta las señales anteriormente mencionadas
- Ir paso por paso: Siempre es recomendable esperar a que sea verano o el clima esté más caluroso para dar inicio al control de esfínteres a fin de que si se mojan la ropa o pasan algún rato desnudos sentados en la pelela no se enfríen; por lo cual hay que tener en cuenta no sólo la edad sino también la época del año para dar comienzo al entrenamiento. Luego colocar una pelela en el baño y empezar a hacer que el niño se familiarice con ella, explicarle para qué es, ofrecerle que se siente en ella un rato, y hacerlo a diario aunque pase un rato y no haga nada
- Para comenzar con el entrenamiento es preferible la pelela al adaptador que se coloca en el inodoro, puesto que es importante que el niño tenga sus pies apoyados en el piso, ya que eso les brinda seguridad, tranquilidad de que pueden pararse cuando lo deseen. Por ello, es necesario que la pelela sea lo suficientemente baja como para que ambos pies quedan bien apoyados. Y recién cuando sea más grande y ya controle bien sí pasar al adaptador
- No tirar de la cadena delante del niño al comienzo: La mayoría de los niños sienten que su caca es un bien muy preciado y que ellos vean como al tirar de la cadena el inodoro se traga esa parte de ellos puede resultarles aterrador. Claro que esto no se da en todos los casos y hay muchos a los que les fascina tirar de la cadena y les resulta muy divertido
- Disminuir los líquidos una hora antes de dormir: Para evitar que moje la cama en la noche se recomienda no ofrecer líquidos en la hora previa a ir a dormir
- Identificar las señales: Si el niño aprieta sus rodillas se agarra sus genitales y salta puede ser que necesite ir al baño
- Flexibilidad: Es perfectamente normal que en alguna oportunidad el niño retroceda y se haga encima, no hay que reprimirlo, ni ser muy estrictos
- Un compañero para el baño: Al principio es posible que el niño necesite algún compañero para que esté junto a él mientras están en la pelela, un peluche, un libro, etc.
- Aplaudir: Celebrar y felicitar el logro del niño cuando consigue exitosamente hacer en la pelela. Pero no exagerar demasiado porque puede resultar contraproducente; el niño sentir que ese es un bien tan preciado que mejor lo deja dentro de su cuerpo y así producirse la retención
- Paciencia con el control de esfínteres nocturno: Este lleva mucho más tiempo, recién cuando el niño comienza a levantarse seco de la siesta y eventualmente en la mañana. En general el control nocturno lleva un año más que el del día
- Coordinar con niñeras y maestras el entrenamiento: Cuando se comienza con el entrenamiento para el control de esfínteres, no hay vuelta atrás, por ello es importante que en todos los ámbitos y con todas las personas con que esté el niño, el tema sea tratado de la misma manera. Es necesario hablar con las niñeras, cuidadoras, maestras, familiares y buscar apoyo en el entrenamiento
El entrenamiento para el control de esfínteres en el niño, es un proceso que implica persistencia, paciencia y dedicación. Lleva, aproximadamente, unos 3 meses y a los 3 años de edad el 98% de los niños ya los controla con éxito y dice definitivamente adiós al pañal.