Llega el día: El parto
Uno de los momentos claves en la vida de un ser humano visto desde cualquiera de las perspectivas es el acto del nacimiento, de dar a luz. Para la madre, el preciso instante en el que nunca nada, volverá a ser como antes y, para el niño el instante en el que se integra a la vida y comienza a caminar en ella.
El parto es, sin ninguna duda, un momento clave, emoción, nervios, miedo, expectación y alegría se funden y preparan a la madre para el trabajo de parto. Un proceso natural, en el que el cuerpo funciona de forma autónoma y la mente, únicamente, se centra en ayudar al cuerpo.
El trabajo de parto comienza con un incremento de dolor pélvico y leves contracciones similares a los dolores premenstruales. Las contracciones de parto se producen cada cinco minutos y se van incrementando a medida que se produce la dilatación del cuello del útero; el dolor comienza en la espalda y se desplaza hacia el vientre.
A medida que se incrementa la frecuencia en las contracciones, se produce la ruptura de la bolsa de agua, es en ese momento cuando comienza la intervención del personal facultativo.
En ocasiones, es la partera quien provoca la ruptura intencionalmente, para acelerar el trabajo de parto en aquellas madres que tienen pocas contracciones.
El parto
Durante el último mes de embarazo, el cuerpo experimenta sus cambios más significativos que, a medida que se producen, van preparando la mente para enfrentar el momento.
Existen varias etapas durante el parto. Comienzan con las contracciones y finalizan al momento del nacimiento del bebé.
Un gran número de mujeres no efectúan dilatación suficiente como para llevar a cabo un parto natural, requiriendo de una cesárea. Otro porcentaje muy elevado de ésta intervención se produce porque el bebé tiene el cordón umbilical alrededor del cuello, lo que impide su salida por el canal de parto.
En estos casos, es necesario inducir el parto y, si la situación lo requiere, realizar una cesárea. Es el ginecólogo quien tomará esta decisión atendiendo al bienestar de la madre y el hijo. La inducción del parto se produce mediante la administración por vía parenteral de oxitocina a la madre. La oxitocina provoca la aparición de las contracciónes del útero que es el órgano clave en este proceso.
El dolor
El dolor es el gran temor al que se enfrentan las mujeres embarazadas cuando llega la hora. En algunos países se administra anestesia raquídea a fin de evitar que la parturienta sienta dolor. Pero no toda la comunidad obstetricia opina de igual manera, se cree que es menester que la mamá esté consciente de un proceso que, más allá de lo doloroso que sea, es natural.
La decisión de administrar anestesia debe concertarse previamente con el ginecólogo para poder tener los estudios de anestesista y cardiólogo, hechos de antemano.
Pero… sea como sea el parto, el momento en el que nace el bebé y se junta con su madre, es un momento mágico y único en la vida, el ciclo de la vida se renueva, continúa, permanece.
Pero además, también es un momento mágico y especial para el resto de los seres queridos, comenzando por los padres, en la mayoría de los casos.