Problemas circulatorios en el embarazo

Problemas circulatorios en el embarazo
Problemas circulatorios en el embarazo
flickr.com

Es totalmente normal que durante la gestación de un bebé, las embarazadas, sufran una importante serie de cambios en su cuerpo ya sean químicos, fisiológicos o psicológicos. Sucede que el cambio en el organismo de la embarazada es una acción natural del cuerpo humano que intenta preparar a la madre lo mejor posible para que en su interior se pueda desarrollar el feto de la forma más adecuada. El sistema circulatorio debe adaptarse a este proceso para irrigar ambos seres con eficacia.

Uno de los cambios más notables que se generan en el cuerpo de las embarazadas tiene que ver con el sistema circulatorio debido a que todas las venas, arterias y capilares de la madre modifican su estructura para así poder brindar una máxima oxigenación y nutrición al feto mediante el torrente sanguíneo.

En el común de los casos el volumen del torrente sanguíneo aumenta de forma considerable tanto que las venas se pueden ver a simple vista por debajo de la piel, especialmente en mujeres de tez blanca. Los músculos lisos de venas y arterias se relajan bastante y la presión arterial va disminuyendo progresivamente desde la concepción del bebé hasta el momento del parto.

Hasta un 60% de las mujeres embarazadas que no poseen la información correcta, al evidenciar estos cambios en su sistema circulatorio, tienden a preocuparse y concurrir al médico ya que sienten que algo anda realmente mal con su cuerpo. Esta percepción se debe a que los problemas circulatorios también generan hinchazón y fuertes dolores en las extremidades.

La verdad es que los síntomas mencionados anteriormente son los más claros indicadores de que el embarazo se va desarrollando perfectamente y que el cuerpo de la embarazada se ha adaptado a la perfección para el desarrollo del bebé.

El peso del feto es también un factor que incide mucho en la circulación sanguínea de la madre ya que el torrente sanguíneo de retorno se lentifica mucho. De ahí es que proviene la hinchazón en las piernas, la aparición de várices, edemas en los tobillos, etc. La mayoría de estos problemas tienden a minimizarse y hasta desaparecer una vez que la madre da a luz.

Cabe destacar que los problemas circulatorios suelen ser mucho más intensos en aquellas mujeres que poseen algún grado de obesidad generando aún más dolencias e hinchazón debido a que el torrente sanguíneo de una persona obesa ya se encuentra trabajando a un ritmo anormal y al tener que prepararse para la éste se exige aún más.

Si bien los cambios en el torrente sanguíneo de las embarazadas son imposibles de detener existen algunas técnicas para minimizar sus efectos secundarios:

  • Cumplir estrictamente con la dieta proporcionada por el médico para así evitar subir mucho de peso
  • No aplicar ningún tratamiento invasivo sobre las várices tales como cirugías, mientras se esté embarazada. Luego del parto la madre puede realizarse cualquier tipo de tratamiento
  • Descansar lo suficiente tratando de cambiar de posición con bastante regularidad
  • Llevar a cabo rutinas de ejercicios, en especial aeróbicos, para mejorar la circulación de la sangre por el cuerpo. Los ejercicios que más aportan al sistema circulatorio son la natación y la caminata
  • Cuando se tenga la oportunidad elevar las piernas por encima del nivel del corazón. Esto ayuda al retorno de la sangre al corazón y disminuye considerablemente la hinchazón de los miembros inferiores
  • Utilizar medias grandes que no aprieten para nada las piernas

Si bien los problemas circulatorios en las embarazadas pueden generar dolencias e importantes molestias, los mismos no son reconocidos como un problema patológico por lo que lo mejor es no alarmarse, tomarse la situación con mucha calma y atenerse a rajatabla a los consejos de los especialistas.

Todas las mujeres, durante el embarazo, experimentan una serie de cambios físicos, químicos y psicológicos en su cuerpo, los cuales suelen generar dolencias e intensas molestias así tanto como marcas visibles en el cuerpo.

La reacción normal es alarmarse y acudir al médico al evidenciar estos cambios pero la verdad es que lo único que éstos demuestran es que el embarazo se está desarrollando satisfactoriamente y que el organismo de la embarazada se está adaptando a la perfección al feto para poder brindarle todo lo que necesita para su correcto desarrollo.