Hemiparesia aguda infantil

La hemiparesia es una pérdida de fuerza en un hemicuerpo (la mitad del cuerpo) que puede ser descubierta por los padres debido a un menor empleo de alguna extremidad por parte de su pequeño.

Hemiparesia
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El término paresia (también se puede usar el término debilidad) hace referencia a una “falta de fuerza”. Hablamos de hemiparesia cuando el trastorno motor afecta a la mitad del cuerpo, cuando hay una pérdida de fuerza en una mitad del cuerpo.

En las formas leves, sobre todo cuando ocurre en recién nacidos o lactantes, puede pasar desapercibida. En el niño pequeño, los padres describen un menor uso de una de las extremidades, es decir, el niño emplea de manera preferente la mano contraria a la afectada.

A veces, lo único que perciben los padres es una excesiva irritabilidad del pequeño, debido a la dificultad que presenta, por su corta edad, para expresarse y manifestar el síntoma.
A nivel cervical, también es posible encontrar a veces una rigidez, con dificultad para girar el cuello hacia un lado, y tendencia a la torticolis. La movilidad pasiva puede estar conservada, pero al estimular al niño para que gire la cabeza a un lado, observamos como mueve el tronco en bloque de forma simultánea.

Es necesario indagar para descubrir el origen de la hemiparesia. Entre los grupos etiológicos principales a considerar están:

  • Enfermedad cerebrovascular (ECV): Hasta en un 75% de casos se encuentra un origen isquémico o hemorrágico en estos procesos. Son causa de hemiparesia aguda en 1-3 de cada 100.000 niños al año. Puede existir una alteración en el nivel de conciencia, movimientos anormales y/o crisis convulsivas. La forma de presentación típica consiste en hemiparesia que se precede en una tercera parte de los casos por crisis convulsivas
  • Patología infecciosa: Infecciones que afectan a la zona cervical (amigdalitis, enfermedad por arañazo de gato) con linfadenopatía y oclusión en arteria carótida interna a nivel del cuello. Infecciones sistémicas (Meningitis bacteriana)
  • Traumatismos: Puede tratarse de un traumatismo accidental o de maltrato. El traumatismo puede haber ocurrido en la región craneal, generando hemiparesia como signo focal. También es posible que la afectación haya sido cervical (por ejemplo: Durante el parto) o consecuencia de una intervención quirúrgica (intervenciones cardiacas, amigdalectomia)
  • Migraña: La hemiparesia puede acompañar a la cefalea fronto-temporal o anticiparse a ella (aura migrañosa), con debilidad en la hemicara y brazo del lado contrario al dolor de cabeza, y suele desaparecer en menos de 24 horas
  • Epilepsia: La hemiparesia puede ocurrir en una crisis epiléptica, o ser una secuela posterior a ella (por ejemplo, la parálisis de Todd, tras una crisis focal)
  • Patología endocrino metabólica: La diabetes mellitus en niños puede acarrear disfunción neurológica focal
  • Procesos expansivos: Abscesos, tumores, displasias corticales o malformaciones vasculares. En estos casos es más frecuente la hemiparesia de forma crónica y progresiva, siendo infrecuente la manifestación aguda

Hasta ahora hemos hablado de paresia, pero para concluir, es necesario considerar que cuando el trastorno es de mayor grado, estaremos ante una parálisis, con incapacidad para llevar a cabo la contracción muscular. Si la parálisis se debe a una afectación en niveles más superiores (motoneurona superior o primera motoneurona), se presentará como parálisis espástica, con un aumento del tono muscular y de los reflejos osteotendinosos.

Si la afectación es más baja, implicando a la motoneurona inferior o segunda motoneurona, hablamos de parálisis fláccida, cuyas manifestaciones consistirán en una pérdida de fuerza, tono y reflejos.