Padres primerizos, experiencias y consejos de hombre a hombre

Padres pimerizos
Acompañado de mis hijos Viktor Augusto (derecha) y Maksim Alexander (izquierda)
Plaza de Armas, Lima, Perú 2011 - Derechos reservados

Convertirse en padre por primera vez es una experiencia única e indescriptible para cada hombre. Por ejemplo, el estar presente durante el alumbramiento puede crear sensaciones que podrían hacer tambalear al más duro de los mortales. Pero lo más transcendente se da cuando realmente logramos entender nuestra función como padre, algo que al parecer es fácil describirlo pero más complejo implementarlo.

En base a experiencias personales adquiridas cómo padre, y luego de leer y editar cientos de artículos sobre bebés y embarazo en PortalBebes.com y otras fuentes de información, procedo a presentar y explorar algunos consejos útiles para padres primerizos que espero les sean de ayuda en un futuro cercano. Sus comentarios, consejos y experiencias son como siempre bienvenidos.

Aceptar nuestra paternidad y nueva posición laboral: ser padre

Esta nueva etapa en la vida de un hombre trae consigo un conjunto de retos y desafíos que la mayoría de padres primerizos no estamos preparados para afrontar. Una de las razones se puede deber a que tal vez nunca existió un “modelo de padre” adecuado para guiarnos; no se presentó la oportunidad de charlar sobre el tema abiertamente; nunca se acudió a un centro de ayuda para padres, o simplemente porque nuestra mentalidad machista -conjuntamente con los tabúes sociales que nos rodean- nos inducen a pensar que prepararnos para este nuevo rol no es una necesidad.

En tal sentido, se debe partir primero de aceptar la paternidad como una etapa nueva que cambiará completamente nuestra vida y que requiere de preparación. La vida con el primer, o subsiguientes hijos, es muy distinta a la vida de soltero o sin hijos. Atrás quedaron los días de diversión, descontrol e irresponsabilidades en todo orden de cosas –si es que existieron-, ya que el nuevo ser requerirá de toda nuestra atención y dedicación. Y cuando hablo de tiempo no solo me refiero a la edad legal mínima en la que el menor se puede emancipar y salir de nuestra tutela; por el contrario, se extiende hasta el último día de la existencia del padre.

Es por ello que el dicho que dice “traer hijos al mundo requiere de compromiso y responsabilidad para lidiar con las demandas de la posición laboral de ser padre” se convierte en un axioma importante para padres primerizos.

El siguiente aspecto es aceptar el hecho que como padres debemos estar en constante aprendizaje y preparación para ser mejores. Cada día cometemos errores, y en algunos casos, los errores de nuestros hijos se convierten en los nuestros. Como hombres razonables debemos optar por una vida de aprendizaje para desarrollar nuestra vocación de padre, de modo que podamos brindar a nuestros descendientes algo mejor de lo que fue otorgado a nosotros. Esto requerirá de tiempo, inversión y constancia.

El deseo que el primogénito sea varón

En la antigüedad, el contar con un hijo varón significaba la continuidad del linaje, sucesión del poder y transferencia de las propiedades. El hecho era de vital importancia para la “sobrevivencia de la especie” que reyes, aristócratas y plebeyos no dudaron en optar por un sin número de artilugios con el fin de conseguir un descendiente varón, tal y como ha sido descrito por historiadores de diversas etnias.

En la actualidad muchos hombres anhelan tener un primogénito varón, no tanto por las razones previamente descritas, sino que albergan el deseo y la esperanza de enseñarles secretos, llevarlos a acampar y pescar, practicar deportes juntos, o incluso compartir una cerveza en un juego de béisbol cuando sean grandes.

Pero no siempre se puede planificar el sexo del bebé, y cuando es posible, esto no es un método 100% seguro. Incluso en algunos casos es difícil determinar la sexualidad del feto vía ultrasonido.

Ante tal situación, el padre primerizo se puede sentir desilusionado de no contar con un primogénito varón, dejando de lado el hecho que el bebé no varón le puede dar tanta o más felicidad de lo esperado.

Por ello, debemos aceptar que sea cual fuese la sexualidad de nuestro primogénito o primogénita, lo más importante es que él o ella debe estar en perfecto estado de salud. También es aconsejable conversar con la pareja a fin de afrontar los cambios de planes que pueda traer el tener un bebé de sexo diferente al deseado. Al final debemos evitar que dicho cambio limite nuestra felicidad individual y familiar, así como alterar nuestro rol de padres.

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