Hablar de sexualidad con los niños de entre 3 y 5 años
Es muy sano que los niños exterioricen sus inquietudes sexuales, ya que lo hacen cuando sienten que sus padres pueden dar respuestas a ellas.
Es muy sano que los niños exterioricen sus inquietudes sexuales, ya que lo hacen cuando sienten que sus padres pueden dar respuestas a ellas.
Es muy común que los niños realicen preguntas sobre sexualidad que resultan difíciles de responder y que además lo hagan en el momento menos pensado. O que nos sorprendan con expresiones o palabras que hasta ese momento nunca le habíamos escuchado.
Los padres en general dudan de cuándo es el momento más oportuno para hablar de sexualidad con los niños. Y el mejor momento es precisamente cuándo ellos comienzan a preguntar sobre el tema. Lo más indicado, es poder contestar a sus consultas con espontaneidad, lo más naturalmente posible y con un lenguaje acorde a su edad.
Además, aunque los padres hayan leído y se hayan informado sobre sexualidad infantil, en general, al enfrentarse con las preguntas de sus hijos se enfrentan también, a sus propias dificultades, prejuicios, desconocimiento, a la construcción cultural de la sexualidad que tienen y, muchas veces, con que son sumamente ignorantes sobre el tema.
Algunos puntos sobre sexualidad infantil que es bueno los padres tengan presente para la educación sexual de sus hijos
- Al hablar de sexualidad con los niños, lo ideal es hacerlo utilizando un lenguaje sencillo, de acuerdo a su edad. Es conveniente responder sólo lo que preguntan, no ahondando en detalles. Ni acudir a explicaciones metafóricas del tipo: “Papá puso la semillita a mamá”. Ya que el niño pequeño maneja únicamente un pensamiento concreto y entiende el sentido literal de los términos y no va a comprender el simbolismo de la metáfora
- Se deberá responder al niño, tantas veces como pregunte, ya que ellos necesitan asimilar las ideas y lo hacen repitiendo muchas veces las mismas cosas
- Cuando no se tiene una respuesta para ofrecer al niño, confesarlo y prometerle que se buscará la información para satisfacer sus dudas a la brevedad
- Ante la pregunta: ¿Cómo llegó mi hermanito adentro de la panza de mamá? Lo mejor es en primer lugar, contarles quienes intervinieron para que ello suceda (papá y mamá). Y en función de la reacción del niño, si a ello sigue: ¿Cómo se hacen los niños? Dependiendo de la edad del niño, se puede responder que mamá y papá se quieren mucho y se hacen mimos, se besan y que por eso dentro de mamá comienza a formarse un bebé. Si bien no es la verdad completa, es una parte y para los niños de entre 3 y 5 años es suficiente información
- Buena parte del juego sexual infantil es sano entre los 3 y los 5 años; tiene que ver con ideas y simbolismos sexuales y, si existe una fuerte inhibición sexual, esta aparece también en el juego. Los niños pequeños sienten curiosidad respecto del cuerpo de sus padres y de otros niños para averiguar las diferencias y aprender sobre su sexualidad. Entre los juegos sexuales infantiles están: Jugar a los novios, a los padres, etc
- La masturbación infantil en la etapa preescolar es absolutamente normal y tiene que ver con la exploración, el reconocimiento del cuerpo, de las diferencias con otros y del disfrute del contacto corporal. El adulto tiene que adoptar una actitud intermedia: Ni reprimir, ni fomentar, sino orientar. Es muy importante el lugar físico en el que se da la masturbación; si es público o privado. Si está en el jardín de infantes o en la placita, hay que señalarle al niño que esas conductas son íntimas, privadas, que debe cuidar su privacidad, e espacio de su individualidad. Se le tiene que enseñar, que para explorarse es mejor estar solo, en el baño o en el dormitorio, ya que esta actividad es privada/li>
Es muy sano que los niños exterioricen sus inquietudes sexuales, ya que cuando lo hacen es cuando sienten que sus padres pueden dar respuesta, comprender, ser afectuosos; es cuando confían y se sienten libres de manifestar sus dudas. Es bueno que estas ocasiones sirvan para fomentar espacios de intercambio de información, en los cuales los niños puedan exponer sus preguntas y los adultos responderlas. En el caso de no tener la respuesta en el momento, es fundamental que el adulto se tome el trabajo de buscar la información y contestar al niño su duda, ya que de no hacerlo, perderá progresivamente la confianza de su hijo.