¿Por qué los niños y las niñas aprenden diferente?

Porque existen diferencias anatómicas y bioquímicas entre ellos.

¿Por qué los niños y las niñas aprenden diferente?

En general si se le pregunta a un niño en edad escolar cuáles son sus juegos favoritos, responderá deportes, actividades que impliquen movimiento corporal y desplazamiento y todo lo demás lo aburrirá. Estas declaraciones sumadas a que lo que más disfrutan de la escuela es el recreo y la educación física, no parecen ir muy de la mano de la estructura educativa escolar, en la cual el niño debe que estar sentado tranquilo y quieto, mientras su maestra le transmite sus conocimientos y él aprende.

Sin embargo, Michael Gurian fundador del Gurian Institute y autor de The Minds of Boys: Saving Our Sons From Falling Behind in School and Life (La Mente de los Niños: Salvando Nuestros Hijos se atrasen en la escuela y la vida), para lograr que el niño aprenda hay que entender cómo trabaja su cerebro.

El cerebro de las niñas y el de los niños

Diversos estudios para los que se han utilizado escáneres cerebrales, demostraron que el cerebro de los niños varones funciona de manera distinta al de las niñas en el aprendizaje.

Hay diferencias en su anatomía, composición química, metabolismo e irrigación sanguínea que hacen que el ritmo de aprendizaje sea distinto. Generalmente, en el cerebro de las niñas más áreas se dedican a las funciones verbales, entre las que están la corteza cerebral, responsable de la memoria, la atención, el pensamiento y el lenguaje. Y el hipocampo, donde se almacena la memoria verbal, se desarrolla primero en las niñas y afecta el vocabulario y la escritura.

En cambio, la mayoría de la corteza cerebral del cerebro de los varones, se dedica al funcionamiento espacial y mecánico. Por ello, los niños aprenden mejor con movimiento e imágenes en vez de sólo con palabras.

Es por esto que exigir a los varones que logren el mismo nivel en el terreno verbal o a las niñas una visión espacial, no es justo en vista de las diferencias que existen entre ellos.

Además, también hay diferencias bioquímicas, los varones liberan menor cantidad de serotonina y oxitocina, hormonas que desempeñan una importante función en la promoción de la sensación de calma, que las niñas. Por esto, los niños siempre están más asociados a la hiperactividad, la impulsividad, mientras ellas a la tranquilidad, la concentración. Es así que según señala Leonard Sax, autor de Why Gender Matters and Boys Adrift, muchas veces los maestros piensan que los varones al no quedarse quietos en sus sillas están siendo desafiantes, cuando en realidad, por naturaleza no pueden estar quietos. No hay diferencias en los que niñas y varones pueden aprender, pero sí en la manera en que lo hacen.

Niñas y niños tienen modos de actuar, de pensar y de sentir característicos de su sexo y pretender unificar, homogeneizar, igualar lo que no es igual, resulta claramente perjudicial.

Formas de ayudar a los niños a aprender

Sax y Gurian sostienen que padres y maestros deberían trabajar conjuntamente para ayudar a sus hijos a mejorar las dificultades de aprendizaje.

Permitirles que se muevan: A los niños hay que dejarlos moverse y alentarlos a que lo hagan mientras realizan sus tareas. Aquellas actividades que desde antaño han sido consideradas como distracciones, pueden ayudar a los niños a aprender.

Dejar que queden un año más en el Kinder: Hay algunos casos en que los niños por la fecha en la que cumplen años corresponde que estén en la sala de 6 años, pero tienen una diferencia de edad con algunos compañeros de, aproximadamente, 1 año y eso se nota, lógicamente, en las diferencias en el desarrollo de uno y otro. Además, el Kinder tiene en la actualidad un programa educativo, no es como hace 40 años sólo juego, actividades didácticas y recreativas. Por lo cual, en algunos casos hay niños que podrían verse beneficiados retrasando un año la entrada a la escuela. Pero para tomar esta decisión hay que consultar previamente con los maestros.

Importancia de la recreación: La recreación es fundamental para el aprendizaje, los niños necesitan tiempo libre de esparcimiento y juego. La investigación demuestra además, que los niños aprenden mejor luego del recreo.